Rehabilitación de los palacios góticos Nadal y Marqués de Llió como espacios culturales
Escrit per Jordi Olivés i Cristina Arribas - 4 d’abril de 2018
FICHA TÉCNICA
Nombre de la obra: Rehabilitación de los palacios góticos Nadal y Marquès de Llió para la nueva sede del Museu de Cultures del Món.
Ubicación: Calle de Montcada 12-14 de Barcelona.
Promotores: Institut de Cultura de Barcelona – Barcelona Infraestructures Municipals.
Project managers: Lluís Camí y Albert Lacasa (Qestudi 29 asesoramiento técnico).
Autores del proyecto: Josep Benedito + Op.Team.
Colaboradores en fase de proyecto de obra:
-Arguijo y asociados (estructura).
-Proisotec (instalaciones).
Colaboradores en fase de proyecto de museografía: Ámbito Cero.
Directores de obra: Josep Benedito y Xavier Farré.
Directores de ejecución de la obra: Albert Lacasa, Roger Marin y Lidia Carmona (Qestudi 29 asesoramiento técnico) Proyectos.
Coordinador de seguridad y salud: Santiago Ayuso (Conectica).
Constructores: UTE CRC obras y servicios, Constructora de Calaf.
Jefes de obra: Montse Tort y David Miret.
Principales industriales: La Veneciana, CatUnnic, Puigdellívol, Expomon, Climava, Sabico.
Fecha de finalización: 1 de diciembre de 2014.
Finalista de los premios Catalunya Construcció 2015 en Intervención en edificación existente y de los premios Catalunya Construcció 2016 en Dirección integrada de proyecto (project manager).
El Institut de Cultura de Barcelona inauguró en el mes de enero de 2015 el Museu de Cultures del Món. Está destinado a la difusión y al conocimiento de la creación artística de culturas extranjeras, y se aloja en los palacios Nadal y del Marquès de Llió, situados en la calle de Montcada de Barcelona. Se exhibe una selección de 2.300 objetos de arte que componen la cesión que la Fundació Folch ha hecho al Ayuntamiento de Barcelona durante veinte años. Junto a esta selección, también se exponen objetos procedentes de la Fundació Arqueològica Clos, de la colección Duran Vall-Llosera y del Museu Etnològic de Barcelona.
Un poco de historia de los anfitriones
Los palacios Nadal y del Marquès de Llió se remontan al pasado medieval de la ciudad, y han llegado a nuestros días, no diríamos intactos, pero bastante dignos y conservados, aunque lo más común sería que hubieran sufrido numerosas e irreversibles transformaciones a lo largo de los años, ampliaciones, reformas, derribos parciales, etc. Aún más si pensamos que Barcelona, prisionera de sus murallas, no podía crecer sino sobre ella misma. Esta es la razón por la que gran parte de los edificios de origen medieval que han llegado hasta nuestros días presentan una sucesiva yuxtaposición de diferentes etapas constructivas y estilos arquitectónicos. Ejemplos de ello serían el Palau de la Generalitat, la Casa de la Ciutat o la misma Catedral.
La calle de Montcada es fruto de la planificación urbana, y la edificación de sus primeros palacios se remonta al siglo XII. En ella se instaló la nobleza barcelonesa y comerciantes ricos, convirtiéndose en una de las zonas residenciales más notables de la ciudad y, consecuentemente, con edificios de gran interés arquitectónico. Una notable sucesión de palacios a ambos lados de la calle, edificados entre medianeras, formando un conjunto único por la armonía del todo y la calidad de las partes. A lo largo del siglo XVIII se inició el periodo de decadencia de la calle, con la reconversión de las plantas altas de muchos de los palacios en viviendas, y de algunas plantas bajas en almacenes cuando abrieron el mercado del Born.
De los palacios de la calle de Montcada destacan el Palau Aguilar, que hoy está ocupado por el Museu Picasso, y que ha sido ampliado sucesivamente con el Palau Baró de Castellet, el Palau Meca, la Casa Mauri y el Palau Finestres; el Palau Dalmases, joya del barroco; el Palau Cervelló, que desde 1974 ocupa la galería Maeght; o los palacios Nadal y de Llió como ejemplo de palacios góticos de la calle.
El Palau del Marquès de Llió es uno de los más grandes del conjunto de palacios de la calle de Montcada. Sus orígenes medievales se evidencian en la fachada principal y en la estructura de casa gótica que, a pesar de las sucesivas intervenciones, se mantiene. Del siglo XIV son la galería gótica del segundo piso y el excelente techo de vigas policromadas de las salas nobles de la primera planta, con fachada a la calle de Montcada. El 2 de febrero de 1428 sufrió las consecuencias del famoso terremoto que asoló Cataluña. Del siglo XV datan los ventanales renacentistas del primer piso. En el siglo XVI se amplió el edificio, se modificó la fachada con la apertura de los balcones y se sustituyó el portal de acceso. En la segunda mitad del siglo XVII se reformaron la planta baja y los dos pisos, y se practicaron varias aberturas en la fachada principal. A principios del siglo XVIII, el edificio se remodeló profundamente: se amplió el patio, se sustituyeron la escalera principal y el portal de acceso, se construyó la terraza del patio y se colocaron los balcones de la fachada. Se volvió a rehabilitar después de los bombardeos de 1714, que dañaron la estructura del edificio.
En 1955, el Ayuntamiento de Barcelona adquirió la finca y se realizaron las obras de restauración dirigidas por el arquitecto municipal Adolf Florensa, en una actuación enmarcada en la política municipal de recuperación del pasado gótico en detrimento de los elementos posteriores.
En 1969 se instaló en él el Museo de la Indumentaria y fue cuando culminaron estas actuaciones, eliminando la portada barroca de ingreso al patio, entre otras actuaciones, además de una reforma profunda de la distribución interior para adecuar el edificio a las exigencias del museo, con la construcción de una nueva escalera, nuevas paredes, aberturas con apariencia histórica, forjados, pavimentos, etc.
El Palau Nadal tiene una historia similar. Es de dimensiones más pequeñas y su origen se remonta al siglo XIV, a dos edificios góticos que Jerónimo Nadal, su propietario, unificó en 1637 (en la fachada todavía es visible la unión de las dos construcciones). A lo largo del tiempo ha sufrido modificaciones similares a las de su vecino, especialmente en el siglo XIX, cuando pasó a ser una casa de vecinos con diferentes viviendas, lo que requirió adecuaciones que dañaron la estructura inicial. En los años setenta pasó a ser de propiedad municipal. A pesar de todo, el edificio todavía conserva muchos elementos de gran interés, como la portada, uno de los pocos ejemplos conservados de arquitectura neoclásica, o la ventana del siglo XVI situada en la planta baja y decorada con el busto de los antiguos propietarios.
El actual Museu de Cultures del Món que unifica los dos palacios se organiza en los edificios 12 y 14. Dos palacios, hoy uno solo, que ni es gótico, ni barroco, ni neoclásico…, sino una mezcla de todos ellos, donde se suman una serie de intervenciones que reflejan la misma evolución que la ciudad.
La gestión ejemplar de una rehabilitación de dos joyas arquitectónicas cosidas con una propuesta museográfica
El reto por parte de la dirección integrada de proyecto y obra (Qestudi) fue gestionar, con un presupuesto restringido y un plazo ajustado de unos 12 meses, la ejecución de dos obras conjuntas: las de rehabilitación de los edificios y la museografía; así como también hacer coincidir en el tiempo y el espacio dos actuaciones de carácter tan distinto, y coordinar las 23 contrataciones diferentes que se requerían.
La gestión se dividió en tres etapas
- Gestión de proyectos
El proyecto básico de obras, el proyecto ejecutivo y su ejecución, el proyecto básico de museografía, así como la ejecución de sus trabajos. - Gestión de contrataciones
Se gestionaron, junto con el equipo Bimsa & ICUB, más de 25 contratos necesarios para el desarrollo de las obras de rehabilitación y los trabajos de museografía. - Gestión de todos los trabajos
El mismo equipo tenía asignada la tarea de project manager para controlar el tiempo y los costes de todas las contrataciones, y también para coordinarlos entre ellos, dada la coincidencia en el tiempo y el espacio de las diferentes tareas.
La gestión de toda la planificación requirió un alto grado de intensidad en el control. Cada día surgían actualizaciones en la planificación, en función de las variaciones que tenían lugar durante los procesos de obra, detectando cambios, retrasos y las consiguientes medidas correctoras. Las jornadas laborales se ampliaron a turnos dobles de trabajadores hasta que se cumplió el objetivo de inaugurar la primera semana de febrero de 2015. El trabajo de este equipo fue muy intenso y requirió una gran dedicación ante este escenario tan ajustado.
Museografía de primera
Según los propios autores, la frontera entre museografía y arquitectura era muy clara, y esto no conllevó conflictos. El recorrido sigue el hilo conductor de los diferentes continentes. El único continente que no tiene objetos expuestos, el europeo, está presente y queda representado en la propia edificación y en la señalética que va explicando el recorrido y las partes del edificio.
Uno de los elementos más bien pensados del proyecto museográfico son las vitrinas y los expositores.
También fueron diseñados expresamente para la ocasión. Se utilizaron vidrios ultratransparentes y antirreflectantes, con los que el efecto de desaparición es impresionante. Lo pueden comprobar si visitan el museo. El detalle de las bisagras era clave: se analizaron diversas bisagras del mercado, pero ninguna cumplía con las especificaciones necesarias para poder abrir y cerrar la vitrina correctamente y con todas las garantías. Por este motivo, se diseñó, certificó y patentó una nueva bisagra adaptada para las vitrinas del nuevo museo. Cada decisión exigía una visita, una reunión, una toma de decisiones… El proceso fue evidentemente complejo.
Más que cultura es frenesí
Desde hace algunos años, es muy habitual que las actividades culturales enlatadas, las experience con etiqueta cultural y los museos, ocupen un lugar destacado en las actividades turísticas para vender la ciudad como un destino cultural de calidad. El hecho de que el museo se sitúe principalmente en un contexto de ocio, a menudo pone en duda su calidad e, incluso, su credibilidad. No nos referimos al Museu de Cultures —que contiene un material expuesto de primera y una museografía de diez—, pero hay que enmarcarlo en un paisaje museístico y en un momento en el que este hecho empieza a ser demasiado evidente.
Pero el frenesí va mucho más allá, y llega incluso a intervenciones arquitectónicas en edificios de características muy similares a los que nos ocupan. Estaría hablando de la intervención en el Museu Picasso vecino. Un proyecto que trabaja en otra línea, donde prevalece el protagonismo de la intervención. Cinco palacios, uno al lado del otro, con tres cirujías perpendiculares a la fachada de cada uno de ellos, que conforman una estructura en peine con una única vía de conexión natural y lógica, la calle de Montcada. Con la intervención se creó una calle interior paralela a esta para conectar directamente los diversos palacios. No hacen falta más comentarios… La concepción que reduce los monumentos a conservar solo las fachadas y los patios principales está muy superada desde ya hace muchos años. Hechos como este me hacen dudar de la utilidad de catálogos, comisiones de patrimonio, protecciones. Más que cultura es frenesí.
Gestión integrada de proyecto y obra
Una intervención sobre unos palacios góticos de los siglos XVII y XVIII en los que coinciden tres factores: que los espacios quedan vacíos al trasladar el antiguo Museu Tèxtil, que finaliza la relación con la fundación usuaria de una parte del edificio, y que se plantea la necesidad de ubicar la extensa colección privada de objetos del mundo cedidas al consistorio y otras piezas del Museu Etnològic.
La rehabilitación y reforma actúa sobre tipologías constructivas y estructurales diversas, lo que conlleva proyectar unas soluciones adecuadas en cada caso a las preexistencias y a los nuevos requisitos funcionales y expositivos, incorporando unas instalaciones modernas que garanticen el control de las condiciones ambientales para la buena conservación del fondo, y adecuando los espacios para hacerlos accesibles y de concurrencia pública.
El emplazamiento en un lugar representativo de la ciudad, céntrico y densamente frecuentado, añade complejidad a la organización y a la programación de los trabajos, ya que se deben adoptar procedimientos, medidas y medios que minimicen el impacto sobre el entorno, tales como ajustar las actividades a los horarios que generen menos interferencias, ya sea en la propia ejecución (escombros, hormigonados, perforaciones, equipos especiales…) o efectuando los suministros de materiales por la noche y adecuando los acopios conforme a la evolución de la obra.
Una confluencia de agentes y casuísticas
En estas circunstancias, se contrata los servicios del equipo de pm&cm, que deberá coordinar toda la casuística, organizar la gestión de los trabajos, llevar el control económico, y dirigir y planificar estratégicamente el proceso de desarrollo del proyecto y de la ejecución de la obra en un ajustado plazo de 15 meses. El project management se convierte en el nexo entre el promotor (el Ayuntamiento de Barcelona, BIMSA e ICUB), el equipo de proyecto de arquitectura, los especialistas de patrimonio, los responsables de conservación y mantenimiento del inmueble, el equipo del proyecto museográfico y de su implantación, el contratista principal, y las otras acciones colaterales y contratos secundarios.
Para conducir la operación se determina elaborar un proyecto básico muy definido que sirve de base para licitar un contrato que comprende tanto la elaboración del proyecto ejecutivo como la propia ejecución material de la obra, es decir, que incluye dos precios: los honorarios de arquitectura y el importe del coste material de la obra. De la misma manera, se elabora un proyecto básico de museografía para luego desarrollar un proyecto de detalle y su ejecución.
Obra en dos fases: consolidación y acondicionamiento
Los palacios son adyacentes, constan de PB, P1 y P2, y cuentan con fachadas a la calle y a un patio central que articula el acceso desde la calle y la circulación de las plantas a su alrededor. La primera fase de la obra comprende la reforma y el refuerzo estructural, y la rehabilitación de la envolvente de las cubiertas y las fachadas. El conjunto representa un 35 % de la inversión. La segunda fase incluye el acondicionamiento interior, las divisorias, las carpinterías interiores, los pavimentos, los acabados y las instalaciones. Estos trabajos representan el otro 65 % del presupuesto.
Las operaciones más significativas de reforma corresponden a demoliciones parciales para ubicar núcleos de comunicaciones, o sustituciones de estructuras y refuerzo de los forjados para consolidar el edificio y adecuarlo a las nuevas necesidades de cargas; también los apeos de muros para conformar las aberturas de circulación a través de todas las estancias, o bien para desmontar los arcos existentes para levantarlos y dejar una mayor altura de paso. Las operaciones relativas a las demoliciones y a los refuerzos estructurales representan un 15 % del presupuesto y una repercusión de 108 €/m2. Todos los importes están referidos a precios de ejecución material, sobre los que hay que añadir las DG+BI para obtener los precios de contrato.
Contención de costes en las partidas de construcción
La rehabilitación del sistema envolvente consume un 20 % de la inversión y equivale a 144 €/m2. Comprende:
- la reparación de las cubiertas planas e inclinadas (con andamio colgante para no ocupar la calle de Montcada) y de los aleros de madera (con sustitución de algunos elementos por ataque de termitas).
- la ejecución de un tragaluz para cubrir un patio interior.
- la renovación de las carpinterías, en parte reparando las que estaban en buen estado, otra parte de restauración de la carpintería barroca, y el resto para sustituir las de fachada por carpintería de acero.
Respecto de la adecuación interior, divisorias y puertas, pavimentos, revestimientos, techos y otros accesorios y acabados suma una repercusión de 153 €/m2, y significa un 21,36 % del presupuesto. Se incluye en esta partida la restauración de los techos de vigas de madera policromada del siglo XIV. Los pavimentos se han conservado en la mayor parte de la planta baja y, debido a que se han tenido que reforzar los forjados, se han hecho de nuevo en las plantas piso: de roble teñido en las zonas expositivas y de piedra de Sant Vicenç en las zonas de distribución. En el patio se ha repuesto el mismo pavimento originario, conservando los adoquines de piedra de Montjuïc, con vaciado de juntas y nuevo rejuntado con mortero de cal acompañando los leves desniveles inherentes a los accesos. Los techos combinan la restauración de los artesonados de madera existentes con plafones neutros de yeso laminado acústico.
Un importe mayor supone la ejecución del conjunto de las instalaciones, que constituyen una gran partida con una incidencia del 38,7 % del coste total y una repercusión de 277 €/m2. Este importe, obviando la parte de transporte vertical, se distribuye aproximadamente en tres fracciones: 1/3 para las instalaciones de clima, 1/3 para las eléctricas y de iluminación, y 1/3 para otras instalaciones asociadas a corrientes débiles (telecomunicaciones, megafonía, CCTV, control, gestión…). La climatización se hace por medio de máquinas exteriores de frío y calor de VRV, y equipos interiores de fan-coils, splits o casetes para dar respuesta a los requisitos museísticos de 24 °C en verano y 22 °C en invierno con el 50 % de humedad. Se incluye también una instalación de rociadores para mejorar las prestaciones de estabilidad al fuego de las estructuras de los espacios históricos.
En definitiva, el coste de las instalaciones supone casi 2/5 partes del presupuesto, y en cambio, las otras tres partidas relativas a trabajos de obra (estructura, envolvente y acabados) tienen una incidencia de 3/5 partes del presupuesto en fracciones similares. Estos datos ponen de manifiesto el esfuerzo aplicado en la contención de costes en las partidas de construcción, que suman una ajustada ratio de 404 €/m2 construidos, que contrasta con los 277 €/m2 de repercusión del lote de instalaciones, y aún más cuando se compara con el peso de la museografía.
Capítulo aparte del presupuesto de la obra, el proyecto incluye también las operaciones de museografía, con una incidencia de más de un tercio del presupuesto total. Respecto de la inversión en dotación y equipamiento museográfico, una fracción del 56 % (más de la mitad) corresponde a los elementos de apoyo expositivos, y otro 31 % (casi un tercio) se destina a las instalaciones de alumbrado (tipo led) y a equipos audiovisuales.
En resumen, el total de los trabajos de rehabilitación y acondicionamiento de los edificios patrimoniales representa una inversión de 715 €/m2 construidos, cifra que ascendería a 908 €/m2 si se repercute sobre la superficie útil. En cuanto a la museografía, el coste supone una repercusión de 423 €/m2 sobre la superficie construida, que equivaldría a 537 €/m2 de superficie útil.
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Proceso de restauración patrimonial de los edificios y trabajos de museografía
Ejecución de los trabajos de rehabilitación de los edificios de los palacios góticos
Restauración de los techos patrimoniales de madera policromada de época gótica
Trabajos de montaje de vitrinas en obra
Transporte de piezas de arte
© Fotos: Chopo e ICUB © Fotos de obra: Qestudi